viernes, 22 de diciembre de 2017

SOBRIEDAD

-Hay que evitar el escándalo -dijo él con precisión en su mirada.
Ella bajó la cabeza sin emitir juicio. Acto seguido, salieron los tres en silencio.
El jardín de la casa era un amplio y acogedor espacio. Podría decirse que era un paraíso en miniatura, cuyos ríos de verde intenso rebasaban las glorietas dibujando arabescos en el suelo. En el centro de la escena, desnudos, Adán y Eva miraban sus propias sombras.

-Buen trabajo –se dijo– y mientras soplaba el humo del silenciador de la pistola, se volvió a tomar una cerveza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario