Sin embargo, ella, muy solícita, lo tomó del brazo y lo invitó a caminar un rato por el jardín hasta que se sintiera del todo bien. El aceptó de buen grado y así, caminando y charlando sobre el tiempo y las probabilidades de lluvia, llegaron hasta el manzano que desbordaba de fruta. Por fortuna, la serpiente todavía estaba ahí
Cortos espacios de tiempo en que la narrativa breve llena grandes vacíos. Te invito a compartir conmigo esta loca carrera donde el tiempo apremia.
martes, 15 de mayo de 2018
EL SEXTO DÍA
Cuando despertó, se sintió algo mareado y confundido pero se recompuso rápidamente y, entonces, descubrió a una mujer que le sonreía con cierto aire seductor. Ella le estiró la mano y lo ayudó a levantarse. Un ligero tirón a la altura de las costillas lo hizo trastabillar, pero igual terminó irguiéndose. Le pareció que un gesto de debilidad no sería bueno frente a una desconocida.
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